Saya Sauliere, Cuadernista de Viñetas de Vida
Estoy tranquilamente leyendo “Chroniques de Jerusalem” en mi sofá. Se preguntarán qué tiene que ver esto con mi reciente viaje a Burundi…
¿Qué Guy -el protagonista- está descubriendo con ojos curiosos a una realidad compleja, llena de injusticias – como Burundi?
¿Que la compañera de Guy trabaja en una ONG humanitaria?
Pues no… En realidad en Burundi me he descubierto una nueva afición: el cómic.
Tuve la suerte de acompañar a David Rubín y de ser su traductora casi personal en este viaje. Cuando se presentaba en castellano decía –humildemente (como es él)- que dibujaba. Yo aprovechaba para decir que era ¡un súper re-mega dibujante con miles de fans en España y otros países pero que él no lo decía! El poder escondido de la traductora :)
Me gustó ver su pasión, me maravilló ver los dibujos dibujándose en papel y tierra. Pero sobre todo, el penúltimo día tuve una experiencia memorable.
Pilar, la directora de Oxfam Intermón en Burundi, tuvo la súper idea de organizar un encuentro entre artistas y dibujantes burundeses para que conocieran a Che Marchesi y David Rubín, artista y comiquero de nuestra misión Bujumbura-Makamba. Ahí, en este parque de la cultura, todos habían entendido el porte de Rubín. No por mi presentación halagadora sino porque en la mesa estaba su última obra “Beowulf”. En seguida estuvo rodeado y con muchas ansias preguntaban: “¿Cómo dibujas, qué boli usas, cómo coloreas, cómo se te ocurren las historias?”. Esto tuvo que interrumpirse repentinamente, porque una armada de mosquitos no estuvo la diligencia de respetar la conversación.
Así que ahí se lanzaron al vacío: “No habría la posibilidad, tal vez (si no fuese molestia…) tener un curso mañana….”, en un francés más respetuoso y refinado. Y David, de una generosidad inmensa, se ofreció por entero. Yo sonreí para decir que síii. Todo me pareció muy sincero.
El día siguiente nos reencontramos en un minúsculo estudio de diseño, donde no cabían más de dos mesas, en una avenida concurrida del norte de la ciudad. David había venido con dos opciones de curso pero la primera se autoeliminó sola ya que luz este día no hubo. Como tantos otros días en la capital…
Y ahí, durante más dos horas, tuve la enorme suerte de traducirle explicando el ABC del cómic: Cómo hacer una viñeta, cómo pensar la composición, cómo ver diferentes planos, cómo acelerar o parar el tiempo, cómo hacer que un oso sirva té sin que esto sorprenda!
Sin luz, todo a lápiz. Magia del dibujo y magia del encuentro.
Me esmeré para no perder ningún matiz, ni una anécdota. Hasta me aventuré a mimar las batallas y los gestos cuando fuese necesario.
Para hacer cómic hay que luchar, dijo él, en España como en Burundi. Pero donde haya pasión, la vida hace lo suyo -pensé yo-. Tuvo este sueño de joven, a pesar de que en su pueblo no se dejaba soñar con esto.
Al día siguiente de mi retorno a Madrid, estaba en La Central comprándome varios tebeos y apreciándolo todo con este ojo renovado. ¡Ya estoy en mi tercero!
“Para hacer cómic hay que luchar, dijo él, en España como en Burundi”, o llegar a los sueños. Ahora mismo, uno: que esas 2 horas de compartir no se queden ahí y trabajar, invertar, darle la vuelta a las dificultades, para que pudan tener una continuidad.
No sé si para bien o para mal :-), pero os he nominado a varios premios del entorno WordPress, en agradecimiento a los buenos ratos que este blog me hace pasar: http://felixmolinapublica.wordpress.com/2014/07/15/la-101/
[…] development through the language of comics. A previous artists was David Rubín in Burundi. Link (10/07/2014, Spanish, […]