Saya Sauliere. Cuadernista. Viñetas de Vida. Burundi
– ¿Qué fue lo que más te sorprendió de Burundi? –
– Lo verde y lo rojo –
Es verdad que al pisar por primera vez esta parte de África, la “des Grands Lacs”, estas colinas de tierras arcillosas contrastan con las dunas de arenas del otro lado del continente. Pero si a primera vista todo parece muy fértil, esta impresión se desvanece rápidamente. Son tierras agrietadas, agredidas, erosionadas, que hoy en día no logran dar de comer a sus habitantes.
Llenas de contrastes.
Pero me quedé pensando… mi respuesta había sido demasiado rápida. “¿Qué más me marcó…?” Sin duda sentir, en gestos y miradas, en sus formas de sentarse, de responder, en sus sonrisas a mitad, las diferentes “crisis” -como las llaman aquí- que habían sufrido con quienes tuvimos la oportunidad de convivir. No nos contaban nada pero sus cuerpos hablaban por sí solos.
En Europa, se habló mucho del genocidio de Rwanda, pero poco de las masacres de Burundi. Durante estos estallidos de violencia, Faines tuvo que huir una noche, de repente, con sus hijos, dejándolo todo. Corrieron para llegar hasta los campos en Tanzania. No supimos mucho más, estas cosas no se preguntan aquí – nos avisaron- y tampoco quisimos preguntar.
En este contexto herido, y todavía inestable, se intenta construir y reconstruir todo, incluido el proyecto que visitamos estos días en compañía de los “retornados” – así llaman a los burundeses refugiados en Tanzania que regresan al país.
Me interesó mucho descubrir cómo a partir de una vaca, una simple vaca, se recrea vida. Si mostrabas motivación ganabas una bestia. De su “caca” (literalmente) se abona a los cultivos y, con esto, se produce suficiente para dar de comer a la familia. De su leche de la mañana, comen los niños y de su leche de la tarde, salen monedas del mercado para pagar los útiles escolares.
El primer ternero que nace, se regala a otro miembro de la comunidad, creando una cadena de solidaridad y recreando lazos sociales en un país donde la guerra ha dejado como impronta la desconfianza. Los siguientes terneros empiezan a crear una granja y el ganado. En zonas donde no hay banco es su caja de ahorros.
En este viaje, vi dibujos de niños y en muchos de ellos una vaca es la protagonista. Así que vi cómo este proyecto logró mezclar hábilmente muchas dimensiones: la comida, los cultivos, el lazo social, el dinero, la escuela y el todo enlazado en la cosmovisión del campo.
Esto también me sorprendió. Como algo tan simple como una vaca se puede volver tan trascendente.
Contrastes. Verdes y rojos.