Hemos tenido que aplazar el viaje a Burundi, nos lo cuenten dos de sus protagonistas: Antonia Santolaya y Ana Poza
Antonia Santolaya. Cuadernista. Viñetas de Vida
Partiríamos rumbo Burundi el 7 y ayer 3 de febrero recibí una llamada diciendo que se pospone el viaje por alerta a un posible levantamiento. Ya se verá si volvemos a intentarlo o se cambia de destino. Pensé en Faines, la mujer burundesa que nos pensaba mostrar un día de su vida, allí sigue. Paseando más tarde por el barrio vi una nueva pintada ” Podía ser peor pero jode igual” Espero que lo que en Burundi llegue a suceder sea lo mejor para todas. Nosotros estamos para lo que se necesite.
Ana Poza. Investigadora. Viñetas de vida
Como loca andaba yo con estrenarme como bloggera. Pero no.
Pensaba escribir mi primer post desde Bujumbura a donde iba viajar este viernes con cuatro viajeros (¡nos vemos en el aeropuerto!) para constatar el impacto del trabajo de organizaciones como Oxfam Intermon. Pero no.
Quería pensarme bien, porque soy lenta en eso, los argumentos para rebatir a una compi del cole que en una cena en casa me había dejado con la boca abierta cuando me había dicho: “¡Estoy alucinada! Con la que está cayendo y el gobierno manda tres contenedores con ayuda humanitaria a Filipinas!”¿?… pero no.
Iba a conocer a gente, iguales que yo, primos lejanos burundeses, porque en Atapuerca acabo de conocer que todos toditos venimos de esa zona, con mis mismas ilusiones, sueños y alegrías, pero con la vida mucho más difícil. Ríete tú con un burundés de crisis… pero no.
Con lo que había ido leyendo y las pilas que nos habían puesto en las reuniones preparatorias en Oxfam Intermón tenía ya hasta mis titulares: ¡Burundi, paradigma de reconstrucción post conflicto!; ¡Burundi, o como romper con el estigma del Club de la Miseria!… pero no.
Porque algún autor resume en cuatro los factores que empujan a los países a pertenecer a este Club, trampas los llama:
“La trampa del conflicto, la trampa de los recursos naturales, la trampa de no tener salida al mar y tener malos vecinos, y la trampa de un mal gobierno”
y Burundi los tiene todos. Está atrapada en todos estos factores y el último es el que ha ocasionado que nuestro viaje se haya anulado por desavenencias entre políticos de distinto signo que están removiendo lo peor de la historia reciente del país.
Ojalá se quede sólo en una tensión pasajera pero sirva como muestra de lo frágil de su proceso de desarrollo y de lo difícil que es consolidar los avances que vienen consiguiendo a pesar de seguir a la cola de los países clasificados con el índice de desarrollo humano.
Por eso más que nunca ahora hay que reforzar nuestro apoyo para que no haya marcha atrás en lo conseguido, para reforzar los procesos iniciados que, despacito, van dando frutos y cambiando realidades para que nuestros primos lejanos burundeses puedan, como puedo yo, como puedes tú, hacer realidad sus ilusiones.