María Cimadevilla. Oxfam Intermón. Cuadernista de Viñetas de Vida
Ya estamos en casa, en la de este lado del océano, porque después de este viaje, de todo lo compartido, y de lo acogidos y cuidados que nos hemos sentido en todas las comunidades y con todas las persona que nos han recibido allá, hay un cierto sentimiento de cercanía con Nicaragua que casi nos hace sentirla también “casa”.
Los últimos días en Nicaragua fueron intensos, y apenas nos quedó tiempo para contar las últimas experiencias. Ahora con calma, intentaremos compartirlas en los próximos días y contaros entre otras cosas, el magnífico trabajo que el Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “Maria Elena Cuadra” lleva a cabo en el ámbito de los derechos laborales de las mujeres que trabajan en las maquilas.
Después de la visita que habíamos hecho el día anterior a la propia maquila textil (donde no nos permitieron sacar fotos que podamos mostraros), era necesario contar con la propia voz de trabajadoras de este tipo de empresas. Las condiciones en las que se trabaja allí, con horarios que superan lo establecido, obligadas a ser registradas a la entrada y salida de la fábrica, sin permisos para asistir a visitas médicas en la mayoría de las ocasiones, con deficientes condiciones de seguridad en muchas de las fábricas, pasando test de embarazo (algo que de por sí es ilegal), siendo despedidas cuando llegan a una determinada edad…y un largo etcétera, fueron algunas de las situaciones que un grupo de trabajadoras compartió con nosotros. Historias de violencia física y psicológica se mezclaban con la protesta por ver cómo se violan sus derechos laborales.
“Todo empresario viene a explotar la juventud, porque es ignorante. Y nosotras tratamos de concientizarlos. No hay ni una empresa en la zona franca que cumpla con todos los derechos laborales y de las mujeres”.
Lejos de rendirse, las mujeres que pertenecen al MEC (abreviatura que le dan al Maria Elena Cuadra) tratan de organizar talleres de capacitación donde las mujeres de las maquilas acuden el domingo, su único día libre. Se organizan, tratan de informar a otras trabajadoras de sus derechos, trabajan temas de género y autoestima, acompañan a muchas de ellas en los procesos legales cuando son despedidas injustamente, y denuncian en muchas ocasiones antes los organismos del gobierno a aquellas empresas donde saben que se están produciendo graves violaciones de los derechos de las trabajadoras. El MEC es una de las organizaciones que cuenta con mayor reconocimiento después de más de 20 años trabajando por los Derechos de la Mujer en Nicaragua, y los propios organismos del gobierno que gestionan las zonas francas reconocen la ayuda que prestan para visibilizar muchas situaciones injustas que se producen, y de las que de otra manera, no tendrían noticia.
Uno de los principales problemas que denuncian los movimientos como el MEC es el relacionado con la salud y la seguridad laboral. No existen médicos especializados en medicina laboral y a la larga se presentan problemas de enfermedades crónicas derivadas del trabajo que se realiza en estas fábricas. Muchas de estas trabajadoras son despedidas cuando empiezan a presentar síntomas, y otras no son atendidas adecuadamente por las clínicas ni se reconoce que las enfermedades que sufren sean a consecuencia de su trabajo en las maquilas.
Aún queda mucho por hacer, pero no hay duda de que desde el MEC van a seguir trabajando para apoyar a todas esas mujeres que luchan por defender sus derechos, como mujeres, y como trabajadoras.
(En Nicaragua las zonas francas dan trabajo a casi 100.000 personas, y el 60% de esos trabajos corresponden a empresas textiles, donde principalmente las empleadas son mujeres jóvenes)